TOYOTA COROLLA WRC – MONTECARLO ‘98 – 1º
He aquí el primero de los vencedores del Montecarlo sobre el que escribo y
publico una entrada. Como no podía ser de otra forma, lo inicio con una de las 3
victorias de Carlos Sáinz en el Principado.
EL Corolla fue el colofón de Toyota a su participación en el mundial de rallies,
ininterrumpida desde 1972, y que llegaría a su fin cuando a finales de 1999 desvelaron
que la inversión en competición pasaría a ser en la Fórmula 1.
Toyota había sido excluida de los mundiales de 1996 y 1997, además de retirados todos
sus puntos de 1995, debido a la famosa manipulación de los turbos de sus vehículos,
descubierta en el Cataluña ’95.
En esos años ’96 y ’97 se dedicaron a desarrollar desde cero un vehículo que les
permitiera volver a competir en el mundial y a poder ser ganando, para de rebote así
limpiar su imagen, muy dañada en competición tras aquel Cataluña ’95.
El resultado fue un vehículo basado en un compacto de serie, el Corolla. Pese a que,
sobre todo en España, todos le recordamos como el vehículo que dejó tirado a Sáinz a
700 metros de conquistar su 3er mundial, lo cierto es que fue Campeón del Mundo de
Constructores al año siguiente, dando así el 3º a Toyota, y de paso, efectivamente,
limpiando su imagen. Participó en 27 rallies del mundial, con 4 victorias (2 Sáinz y 2
Auriol), pero sobre todo, 25 podios fruto de su (irónicamente) fiabilidad.
La miniatura
El fabricante es IXO.
El molde es excelente y el nivel de acabados muy bueno. A destacar el realismo logrado
con la carrocería y con los faros, con unas correctas pegatinas traseras para delimitar
intermitentes, luces de frenado y demás, y sobre todo las de delante, donde apenas se
percibe el pegote negro donde se insertan.
Las ruedas es uno de los puntos fuertes: los discos de freno están muy logrados, e incluso
se aprecian tanto el logo de Toyota como la marca Brembo.
Mismo los espejos retrovisores cuentan con pegatina reflectante, cosa poco habitual.
El interior está muy bien logrado y destaca por su realismo y fidelidad al vehículo original.
El efecto nieve / barro es, en este vehículo, un añadido suplementario y cumple su
cometido, si bien para un rally como el Montecarlo la cantidad de barro añadida resulta,
aunque tenue, algo excesiva por la cantidad de elementos que alcanza.
Sorprendentemente, el efecto barro es para las puertas, mientras que en la parte trasera
del vehículo (sobre todo la luneta trasera) se ha optado por efecto nieve.
Esta falta de homogeneidad, queda sin embargo bien disimulada al restringir la nieve sólo
a la luneta trasera y el techo. Algo sorprendente pero que bien mirado consigue un efecto
agradable.
FICHA DE MINIATURA
El Rally
El Montecarlo ’98 fue un año de cambios para Sáinz: nuevo equipo, nuevo coche y nuevos
neumáticos, decía a principio de rally que “habrá que esperar a mediados de temporada
para empezar a ser competitivos” ya que todo era nuevo para él.
Lo que no cambió en el piloto madrileño fue la forma de afrontar la competición, con las
mismas ganas e ilusión de siempre. Y así se tradujo en el resultado.
El Rally fue muy disputado hasta mediado el evento. Auriol, Liatti y Mäkkinen fueron
líderes en algún momento, hasta que en el tramo 7, la primera especial del 2º día,
Mäkkinen se salió de la carretera y Sáinz marcó en ese mismo tramo (una larga especial
de 23 kilómetros) su único scratch de ese rally.
A partir de ahí, y pese a algún pequeño susto derivado de la rotura de los interfonos
(lo que complicó mucho la comunicación con Luis) se dedicó a contemporizar y defenderse
de las acometidas de los 2 Subaru de McRae y Liatti, y del Ford Escort de Kankkunen.
Una de las victorias que, como él mismo dijo, mejor le supo, por las dificultades de ganar
cuando todo es nuevo y por lo tanto desconocido.
Fue el brillante inicio de una gran temporada en la que el madrileño estuvo a punto de
proclamarse tricampeón del mundo de rallies. Pero esta ya es otra historia.
CLASIFICACIÓN FINAL
La anécdota
Una de las pocas miniaturas que tengo con efecto barro o, en este caso, teórico efecto
nieve. No me gusta tener ningún “efecto” en el vehículo, me gustan al natural, pero para
esta unidad en concreto, de un lado la rareza de encontrarlo así en el mercado y de otro
que es una edición limitada me decantaron por adquirir así este ganador del Montecarlo.
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