CITROËN XSARA WRC – RALLY SANREMO 2003 – 1º

 

CITROËN XSARA WRC – RALLY SANREMO ‘03 – 1º

 

 

De una u otra manera, Citroën estaba involucrada en los rallies ya desde los años ’60. Aun así, Citroën nunca había contado con un coche competitivo, y mucho menos en la máxima categoría. Para concluir, ni siquiera habían dado continuidad a sus proyectos. Todo iba a cambiar con el desarrollo del Citroën Xsara WRC.

 

 

 

Citroën es una de esas marcas que, a principios de este siglo, lo mismo que Opel, Volkswagen, Datsun / Nissan o incluso BMW o Alfa Romeo, había tenido un cierto interés en los rallies, pero nunca se había atrevido a desarrollar (y menos aún a mantener en el tiempo) un proyecto puntero y ganador en la máxima categoría.

 

En el caso de Citroën, había estado presente en los rallies ya desde los años ’60 del siglo pasado con el Citroën DS, en los ‘70 con el GS, y ya en los ’80 con el AX, el Visa e incluso un sorprendente BX que desarrollaron como grupo B. Siempre, eso sí, por una u otra razón limitando sus presencias a participaciones esporádicas, generalmente no en la categoría reina, y obteniendo resultados más bien discretos.

 

Todo iba a cambiar con los ’90. Primero, Citroën desarrolló el ZX de raid con el que se impuso varias veces en el Dakar de los ’90. Al mismo tiempo, desarrolló el ZX de rallies en su categoría kit car, con el que obtuvieron numerosos éxitos en campeonatos nacionales y rallies de asfalto. Y más tarde lanzarían el Saxo 1600 y al mismo tiempo el Xsara Kit Car, base (también exitosa) sobre la que desarrollarían el Xsara WRC. Entonces no se sabía, pero poco a poco, con mucho esfuerzo y tesón por parte de la marca, Citroën formó un equipo ganador sustentándose en el Xsara que con tanto mimo, dedicación y tiempo evolucionaron.

 

El Xsara tomaba como referencia el modelo de calle respectivo, un compacto con aires de berlina corta, muy polivalente y que en su versión de calle tuvo una gran aceptación, sobre todo entre el público juvenil.

 

En su versión de competición, el kit car fue desarrollado por el francés Philippe Bugalski y el español Jesús Puras, 2 especialistas de asfalto. A tal punto el desarrollo fue un éxito que, aprovechando una reglamentación favorable a los kit car (categoría de plata de los rallies en los años ’90), el vehículo fue capaz de imponerse en los rallies de España y Francia de 1999, de la mano de Bugalski, a todo el elenco WRC del momento. Citroën, con la experiencia por bandera, usaría el aprendizaje para adaptar su kit car a la máxima categoría ya para el año 2001, en forma ya sí del WRC que nos ocupa.

 

Ese 2001 sería un año de aprendizaje, donde limitaron sus salidas a aquellos rallies teóricamente más favorables: los europeos y de asfalto. En ese 2001, los resultados fueron desalentadores al principio: numerosos elementos del coche se rompían con facilidad, lo que mermaba el rendimiento de los pilotos, pero en la 2ª mitad del año el coche mandó un aviso claro a todos sus competidores: un jovencísimo Sébastien Loeb lograría una magnífica 2ª plaza en el Sanremo (su 1er podio en el mundial) y en la siguiente carrera, corriendo en la casa del coche (en el Tour de Corse), Jesús Puras lograría una merecidísima y celebradísima 1ª victoria del coche. Sería la 1ª de muchas.

 

Al año siguiente, Loeb habría podido lograr su 1ª victoria mundialista en Montecarlo, tras una memorable exhibición, pero la penalización impuesta tras un cambio de neumáticos donde no tocaba le condenó a la 2ª posición. Aun así, ese mismo año lograría la victoria en otro rally de asfalto, Alemania.

 

El año 2003 sería el de la consagración del vehículo. Para ello, Citroën no escatimó en gastos y, además de mantener (y dar galones) a Loeb, contrataron a 2 veteranas estrellas del mundial: Carlos Sáinz y Colin McRae.

Citroën dejó claro que quería marcar una época, y, ya en la primera prueba del año, el Montecarlo, lograron un sorprendente 1-2-3 que les llevó a colmar el podio, con Loeb venciendo seguido de McRae y Sáinz.

 

Dos meses más tarde, en Turquía, Sáinz daría la primera victoria en tierra al coche, y a partir de ahí se escribió la historia de éxito que todos conocemos y que llevaría al Xsara de Citroën a levantar 3 títulos mundiales de marcas consecutivos, y a Loeb, a partir del 2004, a iniciar una increíble racha de (vas a leer bien) 9 títulos mundiales consecutivos de los que los 3 primeros serían con el Xsara.

 

Desavenencias con la FIA llevaron a Citroën a no presentarse oficialmente a la temporada 2006, con lo que Loeb corrió con el equipo Kronos belga, un equipo privado, si bien satélite de Citroën. Ya sin Sáinz, Citroën no pudo revalidar el título de marcas de ese 2006.

 

El binomio Citroën – Loeb, no ha tenido parangón en la historia de los rallies, y ha sido, de lejos, la combinación más exitosa de la historia del mundial de rallies. Sébastien Loeb (junto con su copiloto Elena) fue un piloto 100% Citroën, fiel a la marca con la que creció, se hizo un nombre y arrasó en un mundial en el que, casi en sentido literal, se aburrió de ganar hasta prácticamente su retirada.

 

Para Citroën, su éxito total en los rallies llegaría con el Xsara. Siempre con Loeb como primer espada, el Xsara se impuso en todo tipo de terrenos, desde el asfalto corso o catalán hasta la grava australiana o neozelandesa, pasando por la tierra argentina o portuguesa e incluso la nieve sueca.

 

Aquellos años que van desde 2003 hasta 2012 fueron, por supuesto, un orgullo francés: coche francés, equipo francés, piloto francés, patrocinador francés y neumáticos franceses; todo ello para cristalizar un dominio aplastante durante casi una década en la que, entre esos años, cada año levantaron al menos un título mundial, ya fuera de marcas o de pilotos. Para ponerlo en perspectiva, solo Lancia con sus todopoderosos Delta de finales de los ’80 y principios de los ’90 hizo algo parecido.

 

Con Loeb a los mandos, configuraron un binomio imbatible que, a partir de 2004, tiranizó el mundial. En el año 2005, un Loeb en plenitud conseguiría la friolera de 10 victorias sobre 16 posibles, una verdadera locura de mucho mayor mérito que en la F-1, ya que en la F-1 se corre siempre sobre asfalto y las más de las veces seco; mientras que en rallies se compite sobre tierra, asfalto, grava, nieve, hielo o casi cualquier otra superficie que nos queramos imaginar. Además que las diferencias entre vehículos no son tantas en los rallies. Y por supuesto: en los rallies no hay 2 curvas iguales, además de tener varios días de competición.

 

El coche (con el superpiloto que es Loeb a los mandos), realmente no tenía puntos flacos, e iba bien en todo tipo de terrenos. Fruto de ello es que la primera victoria en tierra no la daría Loeb, sino precisamente Sáinz.

 

No obstante, en asfalto, el Xsara sí se mostró particularmente intratable. Entre 2003 y 2006 Loeb ganó todas las ediciones del rally de Alemania y del Montecarlo, así como otras 3 del Sanremo (o Cerdeña) y 2 de Cataluña. En ese mismo 2006, en la plenitud de su carrera y aún con muchos años de carrera profesional por delante, Loeb ya había igualado a Sáinz en el récord de victorias mundialistas (rally de Alemania), y tan solo dos citas después, en Japón, ya le había superado.

 

Entre sus victorias, son particularmente recordadas la de Turquía en 2003 (al ser la primera en tierra para el coche), la de Montecarlo por Loeb un mes antes (ya que a la postre terminaría significando un cambio de era), pero sobre todo la de Suecia un año después: Sébastien Loeb se convertía así en el primer piloto no escandinavo en ganar el rally sueco.

 

De todos los grandes rallies, al Xsara tan solo se le escaparon el 1000 Lagos y la cita británica (el antiguo RAC), pero esto se debió más a circunstancias de carrera y al monopolio de Grönholm en Finlandia que a falta de preparación del coche, ya que Loeb fue de hecho 2º en ambas citas dos veces. Queda la duda de qué hubiera sucedido en el Safari, pero el Safari dejó de ser mundial entre 2002 y 2020 (ambos inclusive)

 

Con todo, el Xsara fue invencible, y, sin puntos flacos, iba bien en cualquier tipo de terreno. Lograría 3 campeonatos del mundo de marcas y otros tantos de pilotos; un total de 32 victorias sobre 58 participaciones para dejarlo en uno de los coches más exitosos de siempre. Con el año 2007, Citroën actualizaría su presencia en el mundial con un nuevo y espectacular modelo, el C4, que también terminaría tiranizando el mundial. Pero esto ya es otra historia, y otra miniatura.

 

 

 

PALMARÉS

Campeonato Mundo Marcas

3

Campeonato Mundo Pilotos

3

Copa FIA Pilotos

 

Rallies Campeonato Mundo

 

1er puesto

32

2º puesto

25

3er puesto

17

 

 

 

La miniatura

 

 


 

 

 

 

 

 

 

 

 

FICHA DE MINIATURA

 

Modelo

Citroën Xsara WRC

Escala

1/43

Rally

Sanremo

Año

2003

Pilotos

Loeb – Elena

 

 

Fabricante

Vitesse

Referencia

43203

 

 

Molde

Excelente

Pegatinas

Excelente

Interior

Excelente

Acabado

Excelente

Calidad general

Excelente

 

 

 

 

 

 

El Rally

 

Celebrado entre el 3 y el 5 de octubre del 2003, el Sanremo era la undécima prueba de aquel año, sobre 14 totales. El Sanremo de aquel año estaba repartido en 14 tramos que contabilizaban 387km. A una media de casi 28km por tramo, recordaba mucho a ediciones más antiguas.

 

Al mismo acudieron todas las marcas en liza por el mundial.

Ford presentó 3 Focus, para Duval, Hirvonen y sobre todo el estonio Markko Martin, un grandísimo y espectacular piloto que eclosionó ese mismo año y que buscaba su 3ª victoria, tras las ya conseguidas ese mismo año en el Acrópolis y en el 1000 Lagos.

Subaru inscribió 2 Impreza para Tommi Mäkkinen y para Peter Solberg, que se estaba jugando el título de pilotos con Loeb, Sáinz y Burns.

Skoda inscribió 2 Fabia para Auriol y Gardemeister.

Y finalmente las 2 marcas del grupo PSA: por un lado Peugeot inscribió tres 206 para Panizzi, Burns (líder destacado en ese momento) y Grönholm (campeón del mundo en título pero que ya estaba descolgado de la lucha por el mundial); y finalmente Citroën, con nada menos que 4 coches oficiales para McRae, Bugalski y sobre todo Loeb y Sáinz, que como dicho, se estaban jugando el título de pilotos.

 

Por el lado de las marcas, a esas alturas del año ya estaba claro que el título se dirimiría entre Peugeot y Citroën.

 

Ya desde el inicio, Loeb, muy motivado, no tardó en imponer su ley: en el 2º tramo, Ceppo, de 36km, marcó un sensacional scratch que a la postre sería definitivo: en él alejó a Grönholm a 14 segundos, Duval y Martin a 20, Sáinz a 24, McRae a 29 y dejó a Richard Burns totalmente descolgado a más de 1 minuto.

 

Loeb se alternó con Martin en los scratch, pero la 2ª pasada por ese mismo tramo de Ceppo, aunque menos espectacular que la anterior, ya sí sería definitiva: a Martin le cayeron otros 10 segundos, otros 16 fueron para Sáinz y Grönholm, 35 para McRae y, sorprendentemente, un nuevo minuto para Burns, que, totalmente desentonado, se alejaba definitivamente de la lucha por el podio.

 

Con la 1ª plaza prácticamente asignada desde el inicio, el interés del rally quedó para la emocionante lucha por la 2ª posición. A ella se apuntaron por supuesto Markko Martin (gran animador del rally), Grönholm, Sáinz, Duval, Panizzi y McRae.

 

De esa lucha se descolgó pronto McRae que, en el ocaso de su carrera, nunca se adaptó al Xsara. Panizzi, Duval y Sáinz también fueron acumulando retrasos, y finalmente, la lucha entre Grönholm y Martin se decantaría en favor de este último, que se alternó en scratches con un Loeb que a partir de medio rally se dedicó a contemporizar y administrar su ventaja.

 

El resultado del Sanremo apretó la clasificación por el lado de los pilotos: Burns 57, Loeb 55 y Sáinz con 53 se postulaban como los grandes contendientes a un título que, sorprendentemente, se terminaría llevando Solberg (salió del Sanremo con 48).

 

La de Sanremo sería la 3ª y última victoria de la temporada para Loeb. Dos segundos puestos (Cataluña y el RAC) no le darían para conquistar el título mundial, ya que Solberg vencería tanto en Córcega como en ese mismo RAC. El francés aprendería la lección y un año después relevaría precisamente a Solberg como campeón mundial. Sería el inicio de una larga era en la que, aunque tuvo oponentes y oposición, lo cierto es que Loeb arrasó en el mundial marcando una época.

 

Por el lado de las marcas, la victoria de Loeb en el Sanremo, unido a la 4ª plaza de Sáinz, colocaría a Citroën en cabeza por delante de Peugeot, en un liderato que terminaría cristalizando en el primer título de marcas para la casa del doble chevrón.

 

Y finalmente el Sanremo: ese del 2003 es, hasta la fecha, el último que se ha celebrado como valedero para el Campeonato del Mundo de Rallies. Un rally mítico, bello, hermoso e histórico que, con la sustitución de este por Cerdeña, nos privó a los aficionados a los rallies de disfrutar de la lucha por el mundial en los caminos y carreteras de la Toscana y el Piamonte italianos.

 

 

 

CLASIFICACIÓN FINAL

 

1

Loeb – Elena

Citroën Xsara WRC

  3:39’:06’’5

2

Märtin – Park

Ford Focus RS WRC ‘03

  a     ’:40’’3

3

Grönholm – Rautiainen

Peugeot 206 WRC

  a   1’:16’’7

4

Sáinz – Martí

Citroën Xsara WRC

  a   1’:48’’5

5

Panizzi – Panizzi

Peugeot 206 WRC

  a   2’:13’’3

 

 

 

Fuente: aquí

 

 

Fuente: aquí

 

 

Fuente: aquí

 

 

 

 

La anécdota

 

Adquirido en marzo de 2024. El último Sanremo valedero para el Campeonato del Mundo de rallies es un modelo que no puede faltar en la colección. Producido además por Vitesse, uno de mis fabricantes favoritos, que a su habitual realismo unen la posibilidad de abrir el capó delantero para admirar el motor.

 

Los Vitesse son, sin duda, uno de los fabricantes más favorables en cuanto a la relación calidad – precio.

Comentarios